Es normal sentirte en un desierto espiritual.
Una de las preguntas que más escuchamos es esta: “¿Es normal que me sienta estancado espiritualmente? ¿Significa que algo está mal conmigo o con mi fe?”
La respuesta que damos siempre sorprende: No solo es normal, sino que es prácticamente inevitable.
Si estás leyendo esto porque en parte te sientes culpable por experimentar una temporada de estancamiento espiritual, queremos liberarte de esa carga ahora mismo.
En este artículo, vamos a compartir contigo lo que hemos aprendido sobre la normalidad del estancamiento espiritual y por qué, paradójicamente, puede ser una de las experiencias más formativas de tu vida cristiana.
Nuestra experiencia acompañando creyentes
En nuestros años de trabajo en discipulado, hemos acompañado a:
- Pastores con décadas de ministerio
- Líderes de ministerios en iglesias
- Misioneros veteranos
- Evangelistas
- Cristianos “nuevos” llenos de entusiasmo
- Creyentes de “segunda generación” criados en la iglesia
Y aquí está lo que hemos descubierto: Absolutamente todos, sin excepción, han experimentado temporadas de estancamiento espiritual.
El patrón universal
A través de nuestras conversaciones y programas de acompañamiento, hemos identificado un patrón que se repite consistentemente:
- Conversión/avivamiento inicial (alta motivación y crecimiento)
- Primera meseta (los “basics” ya no emocionan tanto)
- Segundo impulso (nueva revelación o experiencia)
- Segundo estancamiento (más profundo y confuso)
- Crisis espiritual (cuestionamiento serio)
- Breakthrough (salto cualitativo significativo)
- Nuevos ciclos (el patrón se repite en niveles más profundos)
Lo que más nos ha impactado es que los creyentes más maduros (2 Pedro 1:5-8) han pasado por más ciclos, no menos.
Testimonios de normalidad
La honestidad libera. Cuando las personas descubren que su experiencia es normal, inmediatamente se libera energía que estaba siendo consumida por la culpa. Esta energía entonces puede dirigirse hacia el crecimiento real.
Los diferentes tipos de “estancamiento”
A través de nuestros años de ministerio, hemos identificado diferentes tipos de temporadas difíciles.
Estos periodos de estancamiento espiritual se caracterizan por una aparente ausencia de emociones intensas, aunque persiste una obediencia fiel. A menudo se experimenta una sensación de lejanía de la presencia de Dios, crisis de fe ante circunstancias difíciles, la impresión de que “ya no aprendo nada nuevo” y el cuestionamiento de creencias o prácticas pasadas.
Sin embargo, el propósito profundo de esta etapa es formar el carácter y la disciplina, purificar los motivos y dependencias del corazón, y fortalecer una fe basada en la verdad, no en las circunstancias. En estos tiempos, Dios nos enseña a amarlo por quien Él es, no por lo que sentimos, a reconocer Su fidelidad en medio de la adversidad, y a permitir que el conocimiento se transforme en sabiduría. Así, la fe inmadura se reemplaza por una fe sólida, madura y perseverante.
Por qué el estancamiento es realmente formativo
Las temporadas de aparente estancamiento frecuentemente producen el crecimiento más profundo:
1. Desarrolla perseverancia real
- Durante las “subidas”, es fácil ser fiel
- Durante las “mesetas”, desarrollamos fidelidad incondicional
- Esta perseverancia se convierte en el fundamento para todo crecimiento futuro
2. Purifica motivaciones
- Revela si servimos a Dios por los “beneficios” o por amor incondicional
- Elimina la fe emocional y desarrolla fe de convicción
- Nos ayuda a descubrir qué es realmente importante
3. Desarrolla compasión
- Quienes han pasado por desiertos entienden a otros en desiertos
- Se convierten en los mejores consejeros y discipuladores
- Desarrollan humildad genuina vs. arrogancia religiosa
4. Fortalece la identidad en Cristo
- Cuando no “sentimos” a Dios, aprendemos a conocerlo por fe
- Nuestra identidad se basa en verdad, no en experiencias
- Desarrollamos estabilidad emocional y espiritual
5. Prepara para mayor responsabilidad
- Dios frecuentemente usa desiertos para preparar para la próxima asignación
- Los líderes más efectivos han sido “procesados” en temporadas difíciles
- El carácter se desarrolla más en valles que en montañas
Qué NO hacer durante el estancamiento (errores comunes)
1. Compararse con otros
- Error: “Fulano parece que nunca sufre desiertos espirituales”
- Realidad: Cada persona tiene su timing único con Dios
- Mejor enfoque: Enfócate en tu proceso individual
2. Forzar experiencias espirituales
- Error: Intentar “manufacturar” emociones o experiencias
- Realidad: Las experiencias genuinas vienen en el timing de Dios
- Mejor enfoque: Mantén fidelidad en lo básico
3. Abandonar disciplinas espirituales
- Error: “Como no siento nada, no vale la pena orar, leer la Biblia, pasar tiempo en comunidad…”
- Realidad: Las disciplinas son importantes independientemente de sentimientos
- Mejor enfoque: Mantén consistencia aunque no “sientas” ganas
4. Aislarse de la comunidad
- Error: Retirarse por vergüenza o desánimo
- Realidad: El aislamiento empeora el estancamiento
- Mejor enfoque: Busca comunidad auténtica y vulnerable
5. Culparse a sí mismo
- Error: “Debo tener pecado oculto o poca fe”
- Realidad: El estancamiento frecuentemente es parte del proceso de Dios
- Mejor enfoque: Busca discernimiento sabio sobre qué hacer
Qué SÍ hacer durante el estancamiento (lo que funciona)
1. Mantén la obediencia básica
- Continúa con oración, lectura bíblica, comunidad
- No por sentimientos, sino por compromiso
- Esta fidelidad frecuentemente es lo que Dios más valora
2. Busca acompañamiento sabio
- Encuentra un mentor que haya pasado por temporadas similares
- No busques a alguien que te dé “fórmulas mágicas”
- Busca a alguien que te ayude a discernir lo que Dios está haciendo
3. Examina patrones y hábitos
- Usa el tiempo para evaluar qué está funcionando y qué no
- Pregúntate si necesitas hacer ajustes
- A veces el estancamiento indica necesidad de cambios
4. Sirve a otros
- Frecuentemente, al enfocarnos en bendecir a otros, recibimos renovación
- El servicio puede abrir nuevas perspectivas
- Nos saca del enfoque excesivo en nosotros mismos
5. Documenta el proceso
- Lleva un diario de lo que estás aprendiendo
- Frecuentemente vemos la mano de Dios en retrospectiva
- Esto te ayudará a ayudar a otros en el futuro
Señales de que estás en una temporada normal vs. algo que requiere atención
Estancamiento normal (parte del proceso)
Características:
- Mantienes deseo de crecer, aunque no veas progreso
- Continúas obedeciendo aunque no sientas motivación
- Hay paz subyacente a pesar de la frustración
- Buscas ayuda y consejo sabio
- Mantienes esperanza de que esto pasará
Estancamiento problemático (requiere intervención)
Señales de alarma:
- Pérdida completa de deseo de crecimiento
- Abandono total de disciplinas espirituales
- Aislamiento extremo de comunidad cristiana
- Amargura creciente hacia Dios o la iglesia
- Patrones de pecado sin arrepentimiento
Lo que hemos aprendido sobre el timing de Dios
Patrones que hemos observado
Dios trabaja en ciclos, no en líneas rectas
- El crecimiento espiritual no es lineal y constante
- Hay temporadas de siembra y temporadas de cosecha
- Los “inviernos” espirituales preparan para “primaveras” más fructíferas
Las temporadas difíciles preceden a breakthrough
- Frecuentemente, las temporadas más oscuras preceden a los saltos más significativos
- Dios usa presión para crear diamantes
- Lo que parece como retroceso a menudo es impulso para saltar adelante
Cada ciclo produce mayor madurez
- Los creyentes no regresan al mismo lugar después de cada ciclo
- Cada “valle” nos prepara para una “montaña” más alta
- La capacidad espiritual se expande a través del proceso
Nuestra invitación personal
Si estás en una temporada difícil ahora mismo
Queremos que sepas que no estás loco, no estás perdido, y no estás solo. Lo que estás experimentando no solo es normal, sino que probablemente es evidencia de que Dios está haciendo algo más profundo en tu vida de lo que puedes ver ahora mismo.
Nuestro compromiso contigo
En Agape, no solo creemos en la normalidad de estas temporadas; hemos desarrollado enfoques específicos para navegarlas constructivamente. No te ofrecemos “fórmulas mágicas” para salir rápidamente, sino acompañamiento sabio para:
- Discernir qué tipo de temporada estás experimentando
- Desarrollar estrategias específicas para tu situación
- Mantener esperanza basada en verdad bíblica
- Prepararte para lo que Dios está preparando después
Tu experiencia es valiosa
Una de las cosas más hermosas que hemos visto es cómo Dios usa las temporadas difíciles de algunas personas para ayudar a otros que pasan por lo mismo. Tu experiencia actual, aunque difícil, puede convertirse en una herramienta poderosa para bendecir a otros en el futuro.
Conclusión: Redefiniendo la “normalidad” espiritual
La “vida cristiana normal” incluye temporadas de aparente estancamiento.
No son interrupciones del plan de Dios; son parte integral del plan de Dios.
Cuando comenzamos a ver las temporadas difíciles como parte normal y necesaria del crecimiento espiritual, experimentamos:
- Menos culpa y más paciencia con el proceso
- Más compasión hacia otros en temporadas similares
- Mayor confianza en la fidelidad de Dios a largo plazo
- Más sabiduría para discernir lo que Dios está haciendo
- Más estabilidad emocional durante los altibajos
Tu historia continúa
Si estás en una temporada difícil ahora mismo, recuerda: Tu historia con Dios no ha terminado. Este capítulo puede parecer lento o confuso, pero no es el capítulo final.
Dios, quien comenzó la buena obra en ti, es fiel para completarla (Filipenses 1:6). Y frecuentemente, los capítulos más victoriosos siguen a los más difíciles.
¿Estás pasando por una temporada de aparente estancamiento espiritual? ¿Te ha ayudado este artículo a verla desde una perspectiva diferente? Nos encantaría escuchar tu historia y apoyarte con nuestros recursos. No tienes que navegar esto solo.