Dije que sí rápidamente en abril cuando nos llegó el primer mail para ir como voluntarios a la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) o WYD (World Youth Day), porque sabéis que soy católica y es el encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa, un evento que en los últimos años se ha convertido en el evento más multitudinario para jóvenes, cristianos y no cristianos, que se celebra en el mundo.

Este era el primer año que AGAPE España participaba en este evento, y desde el principio me pareció fascinante la idea de que estuiviéramos allí. En 2010 estuve en la misa final de la JMJ de Madrid, y sabía la embergadura del evento. Y supe también que todos los voluntarios de los AGAPEs de Europa que íban a ir, iban a recibir una formación especial para compartir las herramientas de evangelización de AGAPE, sabiendo que iban a estar con jóvenes católicos. Una vez más, ya me sentía orgullosa de AGAPE y de sus esfuerzos por llegar siempre a TODO EL MUNDO.

El 25 de julio salí del aeropuerto de Puerto Rico (P.R.) hacia España, había ido a visitar a la familia de USA con la que viví cuando tenía 15 años. Volvía a España después de casi tres semanas, e iba a trabajar tres días y me iba a la JMJ. Llegando al aeropuerto de P.R. pensaba que no me sentía preparada para cambiar de decorado tan rápidamente, pues el viaje había sido bastante intenso. Al llegar al aeropuerto, empecé a ver gente con camisetas de la JMJ por todas partes, y volé con el grupo diocesano más grande de P.R. que iba al encuentro de Lisboa. Esperando al avión ya empece a sentir ese Espíritu de la JMJ, eran unos 90 jóvenes de distintas ciudades del país, todos con sus banderas, sus gorras y sus instrumentos, cantando y bailando ya en el aeropuerto, y con la alegría rebosante del Espíritu Santo y del amor de Dios. En el avión me tocó sentarme con uno de los dos sacerdotes que llevaban el grupo, empezamos a hablar de cómo habían preparado el viaje, de la ilusión de algunos jóvenes que era la primera vez que salían de P.R., de algunos otros que esperaban que la JMJ confirmara sus posibles vocaciones. Fue muy bonito, ver cómo el Señor ya me iba preparando para el evento.

LLegando a Lisboa, me enteré de que éramos 150 voluntarios de todo AGAPE Europa. Entre ellos había un grupo bastante grande de misioneros de Agape en Albania, que me robaron el corazón, eran súper majos, al menos un par de ellos venían de familias musulmanas y tenían testimonios muy impactantes. Yo compartí habitación con tres compis de Agape España y con otras tres de Eslovaquia, que eran super bonicas, y fue fantástico.

Cada día por la mañana, en el colegio, nos reuníamos todos los voluntarios, compartíamos sobre el día anterior y nos daban una charlita sobre cómo compartir nuestro testimonio en tiempo récord, para luego poder hacerlo con los miles de personas que pasaban por nuestra «Plaza de los Cristonautas». Yo di una de esas charlitas y fue muy bonito compartir con otros compañeros de AGAPE mi testimonio.

Nuestra Plaza de los Cristonautas (que el Vatican News ha llamado «el primer parque temático de la JMJ) trataba de ser un centro de actividad interactiva, donde Shine tenía un mini escenario con mucha actividad, luego estaba el escenario gigante con música cristiana en vivo de 12 de la mañana a 12 de la noche. Además estaban las life Boxes para subir fotos a las redes, y un par de stands donde vivir experiencias interactivas a través del Evangelio.

Detrás del escenario grande, estaba el Muro de las Preguntas. En el Muro pedíamos a la gente que le escribiera a Jesús una pregunta para que les respondiera en estos días, y sólo eso, ya daba pie a que te contaran de dónde eran, por qué habían venido a la JMJ, y en muchos casos comenzaran a hablar de sí mismos. Aquí aprovechábamos para orar con la gente para que el Señor contestara sus preguntas, y todos los voluntarios vivimos muchas experiencias de Dios allí. El muro era grandísimo y el último día estaba completamente lleno de preguntas en todos los idiomas imaginables.

Al lado del muro estaba el Contest Tent, donde compartíamos el mensaje de The FOUR y regalábamos las pulseras, CDs de The Jesus Film y camisetas de JESUS FOR EVERY BODY, jugando a una ruleta. Allí pasé muchas horas, y entre otros conocí a mi amigo Andrés Castellano, un rapero argentino católico, un evangelizador nato, profesor de religión en Argentina, que como muchas otras personas, se quedó fascinado con el mensaje de la pulsera de The Four, se fue con su camiseta puesta y al rato volvió con su compañero Brian y me hicieron un rap chulísimo.

Andrés y Brian llegaron a Lisboa, después de haberle enviado al Papa un video de un rap diciéndole como les gustaría venir a la JMJ y el Papa les consiguió billetes para ir a Lisboa. Andrés además tenía una prima en Valencia, y vino a Valencia y Madrid la semana después de la JMJ, y ha estado haciendo contactos en diferentes iglesias y con otros músicos cristianos para volver a España y hacer más conciertos.

Pero creo que una de las experiencias más bonitas para mí en este viaje, ha sido compartir y testimoniar junto a Liz Thamburro, nuestra super compi de Barna. El primer día buscando una iglesia para orar un ratito, nos dimos de frente con la comitiva del Papa, que iba a saludar al Presidente de Portugal, fue súper emocionante ver tan de cerca al Papa y sin tener que esperar. Cuando acabábamos nuestros turnos en los stands, Liz y yo cogíamos una bolsa de pulseras de The Four, y nos íbamos a explicarlas y ponérselas a la gente, creemos que repartimos más de 1300 pulseras entre las dos, y especialmente en los conciertos de las noches, en los que actuaron dos grupos muy buenos, un grupo alemán, Good Weather Forecast, cuyo cantante es el director de AGAPE Alemania, y un grupo inglés LZ7. Con ellos bailamos y brincamos, y además sus cantantes aprovechaban para contar entre canción y canción, sus testimonios de Dios. Eli y yo, a través de las pulseras pudimos charlar y compartir nuestra fe con gente de muchísimos países, para mí ha sido una preciosa experiencia de Dios.

Y todo esto que os cuento, creo que ha sido posible, por ese espíritu de la JMJ, un espíritu de alegría de vivir, del gozo del encuentro en la fe, y en el amor de Dios y hacia Dios, y con el Señor en medio de todos, ese espíritu, que no es otro que el Espíritu Santo moviéndose entre la juventud del mundo, haciéndonos luminosos, porque como nos dijo el Papa: «Nos volvemos luminosos y brillamos cuando, acogiendo a Jesús aprendemos a amar como Él», y yo creo que en esta JMJ hemos estado luminosos y hemos brillado. Gracias Padre por hacer esto posible.