Una historia de como responder a la llamada de Jesús te cambia la vida

Por Aitor y Loida directores de 24/7 España

Normalmente no suelo contestar al teléfono si no conozco el número, en parte porque cuando lo hago casi siempre llaman para venderme algo que no necesito o porque me intentan persuadir para que me cambie de compañía de teléfono, luz, etc. ¿Te ha pasado a ti también?

Pero ¿qué harías en el hipotético caso en el que Jesús mismo te estuviera llamando para proponerte un cambio de vida? ¿rechazarías o ignorarías su llamada? ¿O por el contrario apretarías el botón de aceptar?
En un sentido todos sus seguidores hemos recibido una llamada de su parte, con la peculiaridad de que cada una de esas llamadas es personal, única e irrepetible. El apóstol Pedro, por ejemplo, fue llamado a dejar su oficio como pescador para convertirse en “pescador de hombres” (Mateo 4:18-20); sin embargo, la llamada para el endemoniado gadareno fue: vuelve a los tuyos y cuenta lo que he hecho por ti (Lucas 8:38-39). Aunque el deseo de este hombre era acompañar a Jesús en sus viajes y aventuras, obedeció el llamado de Jesús de quedarse.

En nuestro caso sí que hubo una llamada telefónica que cambió el rumbo de nuestras vidas, aunque no a través de la voz audible de Jesús directamente. Nacho, el director de Ágape en España, nos lanzó el reto de considerar ser parte de Ágape, desarrollando el ministerio de Oración 24-7 para poder llevarlo al máximo de su potencial. La propuesta llegó en un momento de cierta frustración personal, nuestros trabajos -que realmente nos encantaban- y desarrollar el ministerio de Oración 24-7 requerían mucho tiempo, enfoque y recursos, e intentar seguir haciendo las dos cosas a la vez suponía que en algún punto iban a terminar perjudicándose la una a la otra. Así que nos hicimos esta pregunta: ¿Será que Jesús nos está llamando como a Pedro a dejarlo todo? o ¿a quedarnos donde estamos como lo hizo el gadareno?

Antes de tomar una decisión precipitada decidimos tomar un tiempo de oración y discernimiento, y también el espacio para consultar y pedir consejo a nuestros mejores amigos, familia, pastores y referentes espirituales que nos han acompañado en los momentos claves de nuestras vidas. Finalmente, en nuestro caso intuimos que la llamada de Jesús era “dejar las redes…” Aunque éramos, y seguimos siendo conscientes de que esta decisión no era ni más importante ni más espiritual que la opción y el llamado de servir a Jesús a través de cualquier otro trabajo.

Una de las formas en las que vimos que Dios estaba confirmando nuestro paso de fe, fue durante los meses que dedicamos a conseguir nuestro equipo de apoyo; un equipo que se compromete a orar por nosotros y a apoyarnos económicamente. Algo que nos animó mucho en esa etapa fue escuchar a personas que nos conocían desde hacía muchos años, decirnos que el paso que estábamos dando tenía sentido con la trayectoria que habían llevado nuestras vidas, y que por eso querían ser parte de nuestro equipo de apoyo y de nuestra misión. Al mismo tiempo hubo algunos que sin apenas conocernos habían sentido que Dios les animaba a sumarse a nuestro equipo. Es cierto que hubo momentos de desánimo y de duda, especialmente cuando veíamos que no alcanzábamos los objetivos económicos que necesitábamos, pero de una manera o de otra Dios siempre nos sorprendió con su provisión y cuidado, y lo sigue haciendo. Además nos ayudó mucho saber que si Dios mismo era quien nos había llamado a dar este paso, nuestra responsabilidad era perseverar, obedecer y confiar, aunque las cosas se pusieran difíciles.

Dos años después de haber tomado aquella decisión no nos cabe ninguna duda que hicimos lo correcto. En 2020, después de haber logrado conseguir un buen equipo de apoyo, y cuando apenas llevábamos unos meses desarrollando el ministerio de Oración 24-7 en Ágape, el mundo entero se vio sorprendido por una pandemia que cambiaría completamente nuestra realidad. De repente nuestras vidas y nuestros planes se vieron paralizados, la iglesia que se reunía en un lugar concreto, se vio en un abrir y cerrar de ojos dispersa en miles de hogares, teniendo que usar la tecnología para poderse comunicar, en medio de la incertidumbre, el miedo, los problemas de salud mental, la inestabilidad social, política y económica… Y en ese escenario nos vimos como un pequeño bote, intentando navegar en medio de inmensas y oscuras olas, tratando de traer luz, consuelo y esperanza, a la vez que nosotros mismos lo necesitábamos desesperadamente.

Nuestra visión en Oración 24-7 siempre ha sido la de ver un despertar espiritual en la iglesia, que a su vez transforme la sociedad a través de la oración, la misión y la justicia social, y gracias a poder tener el tiempo, los recursos y el enfoque, en un año y medio hemos podido ofrecer ánimo, consuelo, esperanza y recursos a miles de personas, familias, organizaciones e iglesias que han pasado, en algunos casos, por los valles más tenebrosos y complicados de sus vidas. Entre ellos una gran parte de nuestro equipo de apoyo ha sufrido las consecuencias directas de esta terrible crisis, atravesando la enfermedad del covid, perdiendo a seres queridos o viéndose afectados de alguna u otra forma.

Durante ese tiempo además de orar por muchas personas y situaciones, hemos podido habilitar cadenas de oración online para salas virtuales de oración, una app para poder crear listas de oración, devocionales diarios para prepararnos para la Pascua, Pentecostés y Adviento, guías prácticas para orar por la crisis del Covid-19, la traducción y adaptación de dos cursos de oración, uno para aprender a orar y otro para enfrentar las preguntas más difíciles de la existencia humana en cuanto a la oración. Además nuestra web ha recibido miles de visitas para descargarse los recursos de oración que ofrecemos, realizamos una serie de entrevistas para celebrar nuestro 20 aniversario de Oración 24-7 en España, hemos sido invitados para dar talleres virtuales de oración con iglesias y organizaciones cristianas y también creamos un entrenamiento para líderes de alabanza y oración.
Pero ha habido algo aún más importante que todo lo que hemos hecho o producido. Hemos podido acompañar, discipular y retar a muchas personas a descubrir e involucrarse en la llamada y la misión de Jesús para sus vidas, algunos de ellos ahora son colaboradores nuestros y otros han sido inspirados para empezar sus propios proyectos, y con ellos están generando un mover de Jesús en su entorno y en su comunidad.
¿Quién sabe si Jesús te está llamando para que seas un misionero en tu trabajo, o para dejarlo todo y seguirle donde sea que él quiera llevarte?

A veces una simple llamada puede cambiar el curso de tu vida. Jesús te está llamando… ¿vas a coger el teléfono?Aitor y Loida
forman parte del equipo de Agape.

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